Hoy se cumplen 64 años del primer lanzamiento de una bomba nuclear contra la humanidad, 64 años desde esa horrible mañana en la que murieron decenas de miles de personas en Hiroshima.
Teniendo reciente la visita a esa ciudad en nuestro viaje a japón, me gustaría también a mi unirme al deseo de Hiroshima, sus gentes y el Museo de la Paz, de vivir en un mundo sin armas nucleares. Y yo diría más, sin armas de ningún tipo, y sin terribles guerras en las que muere tantísima gente. Es utópico, porque está en la propia naturaleza de los humanos ser así de irracionales, pero está en cada uno tratar de que sea así.
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