Filosofía para las dos ruedas

Por fin hoy he terminado de leer el manual de la autoescuela para el permiso A. Ya me ha costado, la verdad, a ver si me lo repaso un poco más y me animo a examinarme.
Algunos temas son muy técnicos, de mecánica, dimensiones, luces, etc., pero en los últimos temas, además de dar la teoría típica de conducción, los autores empiezan a filosofar con el mundo motero de una manera... lo mejor, un par de ejemplos:

"Conducir fuera de núcleos habitados, con buen tiempo, atravesando paisajes hermosos, por carreteras en buen estado, balanceándose en las curvas, sin apenas tráfico de frente, es el sueño de todo motociclista."

"Conducir una motocicleta acompañado de un pasajero es algo especial. Tenemos una sensación más intensa de la conducción al vivir juntos la aceleración, la velocidad y la inclinación en las curvas.
Es mucho más hermoso tener a alguien con quien compartir las bellezas del paisaje y todas las incidencias del viaje."

"Para muchos motociclistas las excursiones en grupo, con los amigos, son las experiencias más bellas vividas en la conducción."

"Existe un viejo refrán en el mundo de los motociclistas que dice: no existe el mal tiempo, sólo existen indumentarias equivocadas."

Con el laser en ristre

Uno de los pocos días que hemos tenido con tiempo decente, y tal vez de los pocos que queden, había que aprovecharlo para hacer alguna de las actividades out-door a las que estoy aficionado: moto y patines.
Madrugando un poquito un sábado, incluso tiempo a todo, así que dicho y hecho, me puse los patines y bajé a dar una vuelta por el bidegorri. Ya le voy cogiendo el truquillo a los patines, hasta que me pongo a hacer chorradas, o correr más rápido de lo que puedo, y claro, acabé por los suelos, me di un buen golpe, y encima a toda velocidad.
Después un paseo en moto a Castro haciendo escala en Bilbao (sí, no está de camino, pero era para un recado), camino por la carretera vieja, y parando en el espigón, para sentir la brisa, el sol tan majo que brillaba en mi cara, y tirar un par de fotos. Por cierto que no importa si tienes una dos o mil baterías, si no las cargas, la cámara no funciona...
Sakurano sora
La parada en Bilbao era un paso para la actividad de la tarde. En el centro comercial Bidarte han abierto este verano un Quasar (o laser city), un centro de entretenimiento que consta en un laberinto, en el que entras vestido con un peto y un arma, y has de disparar al equipo contrario y tomar su base. Jugué a esto en Irlanda hace más de una década, y siempre soñé con que pusieran uno de estos por aquí, así que al día siguiente de enterarnos ya estábamos reservando una partida. Es muy divertido, pero sobre todo cansado, pillamos una sudada de impresión, hay que ir preparados con una ropa de cambio por si acaso.
De todo un poco, y recordando el sabor a cerezas, que me encantan.

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