El Gourmet solitario


Jiro Taniguchi es uno de mis mangakas favoritos, y no digo el favorito porque es difícil generalmente decantarse por uno solo.
El otro día vi esta publicación en la estantería de Joker, y me llamó la atención su dibujo inconfundible. Después de unas cuantas historias repetitivas, que me habían aburrido un poco, me ha sorprendido muy gratamente esta obra.
Aproveché para hablar en la tienda acerca de la publicación, y me decían como les había gustado la obra y la habían elegido por lo particular de la historia, la forma de llevarla y como no el autor. Leyendo el prólogo nos enteramos que el género de los manga culinarios son relativamente extendidos con su legión de lectores, pero aquí no recuerdo que haya llegado nada parecido.
El desarrollo del manga es parecido a "el caminante", historias cortas en las que se ve al protagonista en diferentes situaciones de partida, que evolucionan a su apetito y acaban con la degustación de un plato japonés. El prota es un auténtico gourmet, que se preocupa de saborear cada bocado, y combinarlo adecuadamente para apreciar todos los matices de los ingredientes.
Me ha encantado todo el detalle que aporta de los platos, tanto descripción, como los dibujos, de manera que realmente puedes aprender de comida japonesa.
Es un manga muy recomendable, y también si quieres "prestable" ^^

Cosas que ya no se ven

Esta mañana he visto el camión del butano en pleno reparto. Hacía muy mucho que no veía uno, recuerdo cuando antaño sonaba el golpeteo de las bombonas contra las barras del camión, y la gente asomándose a la ventana: ¡una al cuarto! ¡dos al tercero!
Hoy al traqueteo característico le acompañaba el grito del butanero: ¡butanooooo!
Estando en el siglo XXI, en un pueblo de tamaño ya grande como es Barakaldo, se hace raro oir estas cosas, con gas ciudad, y un uso extendido de sistemas eléctricos, pero no hace demasiados años, al butanero le acompañaban en sus recorridos los colchoneros laneros desde la furgoneta, o el mítico afilador, que tocaba una especie de flauta para avisar que estaba en el barrio.
Parezco un abuelete hablando de estas cosas, aunque no ha pasado tanto tiempo como digo, pero ya son profesiones del siglo pasado.

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